El duelo es un proceso natural que todo ser humano va a experimentar en algún momento de su vida, las características individuales de cada persona, pueden influir a la hora de superar este proceso, incluso en algunos casos puede desarrollarse un duelo patológico.
El duelo es una respuesta emocional que se produce ante la pérdida de una persona, un animal o una cosa con la que se había establecido un vinculo afectivo. El duelo no es una enfermedad es el proceso de adaptación que conlleva la perdida.
Los diferentes tipos de perdida, se pueden clasificar en cuatro grupos:
- Pérdidas relacionales: como el fallecimiento de un ser querido o el fin de relaciones, como una separación o divorcio.
- Pérdidas evolutivas: los cambios en las distintas etapas de la vida, conllevan diferentes pérdidas, por ejemplo, en la jubilación cuando se llega a la tercera edad.
- Pérdidas intrapersonales: como pueden ser las capacidades físicas o intelectuales.
- Pérdidas materiales: cuando perdemos posesiones, objetos.
El duelo se ha clasificado en distintas fases, son patrones generales de respuesta a la pérdida. Cada persona experimenta el proceso de forma distinta según sus circunstancias personales. Hay personas que no pasas por estas fases o no siguen el mismo orden en las etapas.
Los síntomas que suelen aparecer con más frecuencia son:
Cognitivos como incredulidad, confusión, preocupación.
Emocionales como la tristeza, enfado, culpa, soledad, fatiga, apatía, añoranza.
Conductuales. Insomnio, distracción, problemas de alimentación, aislamiento social.
Síntomas orgánicos: opresión en el pecho, vacío en el estómago, falta de aire, de energía, sequedad en la boca.
Debido a que el duelo es un proceso natural, en muchos casos no es necesario un tratamiento Psicológico. Sin embargo, cuando la persona sienta o no disponga de recursos suficientes para afrontar la perdida es conveniente ayuda para no prolongarlo demasiado y desarrollar un duelo complicado.
Autor: Jose Manuel Aguilar Melchor. Psicólogo Sanitario.